martes, 10 de enero de 2017

Inteligencia emocional para aprender


Cuando se habla de inteligencia, generalmente se  piensa en personas que son capaces de desempeñarse bien en casi cualquier ámbito de la vida, sobre todo en el profesional o laboral.

Se imagina uno a personas ‘sagaces’, con pericia para resolver problemas e incluso para sacarnos de situaciones de apuro, en medio del peor escenario. Al menos yo, así lo veo y con esta manera de actuar asocio la inteligencia.

Por supuesto, no la estoy definiendo, tan sólo describiendo cómo yo veo a quienes tiene esa habilidad, características o capacidad, como la quieras llamar.

Lo que no imagino -y de esto quiero hablarte- es que estas personas se despojen” de sus conocimientos y habilidades -precisamente ésas que las hacen inteligentes- para resolver problemas.

Tranquilo, no estoy diciendo algo ilógico. Ahora me explico: sucede que se cree las personas que manejan el concepto de inteligencia emocional se despojan” de sus emociones para poder actuar bien en los aspectos más importantes de la vida.

En realidad, muchos creen que las personas inteligentes emocionalmente han reducido” sus emociones al mínimo y han logrado que éstas sean tan irrelevantes” que no interfieran en su forma de actuar.

¿Se puede cree entonces que una persona con inteligencia emocional es capaz de aprender más rápido -que es lo que Natural English busca- porque no hay obstáculos que interfieran en el proceso?

Si crees en eso o imaginas a las personas inteligentes emocionalmente de este modo, creo que no estás en el camino correcto.

Lo cierto es que la inteligencia emocional se trata identificar, controlar y expresar de la mejor forma nuestras emociones. No se trata de acallarlas” o aplacarlas”, aunque en cierto modo el resultado final así lo haga ver.

Tan sólo imagina a una persona que no pierde el control, aún en la situación más desquiciante, seguro pensarás que ha dormido” sus emociones ¿no?

De hecho, si nosotros no nos hemos introducido a esta práctica e intentamos controlar la ira, estaremos muy lejos de ser personas emocionalmente inteligentes. Me atrevo a decir que, incluso, como dicen comúnmente, toparemos con pared”.

Recordemos que las emociones son parte del ser humano, y que están ahí por algo y no precisamente para hacernos la vida de cuadritos. En realidad, nos están diciendo algo”, no están alertando” de algo, no están previniendo” e incluso salvándonos” -en algunos casos- de daños mayores.

¿Qué te tiene molesto en este momento o qué te incomodó al grado de que te robó tu atención en algún momento del día?

El verdadero problema es que tarde o temprano ese enojo se expresará de alguna forma, más si no has identificado plenamente la causa, y si no has sido capaz de llevarlo hacia un sitio seguro”.

No intentemos hacer algo que no hemos aprendido, como no intentemos hablar inglés si no tenemos los conocimientos básicos, no porque sea malo -en el caso del inglés- sino porque seguramente chocaremos” y eso incluso puede provocarnos más ansiedad y más miedo.

Por eso, al igual que ocurre con la inteligencia racional, que estudiamos, aprendemos, buscamos a expertos, nos preparamos, etcétera, hay profundizar en la teoría, herramientas y práctica de la inteligencia emocional para que podemos saber actuar y sobre todo no confundir.


Nunca dejaremos de sentir como nunca dejaremos de pensar: tan solo lo haremos con un enfoque positivo ¿por qué no lo intentas?

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